martes, 14 de diciembre de 2010

- Bueno, dejémonos de esos sentires y vamos a otra cosa. Cuando un hombre dormido e inerte en la cama sueña algo,¿qué es lo que más existe, él como conciencia que sueña, o su sueño?
- ¿Y si sueña que existe él mismo, el soñador?- le repliqué a mi vez.
- En ese caso, amigo Don Miguel, le pregunto yo a mi vez, ¿de qué manera existe él, como soñador que sueña, o como soñado por sí mismo? Y fíjese, además, en que al admitir esta discusión conmigo me reconoce ya existencia independiente de sí. [...]


Miguel de Unamuno. NIEBLA.