El otro día, al ir a comer a casa de mis padres, me encontré con una sorpresa nada grata. Ellos viven enfrente de un colegio concertado, con el cual no simpatizo (realmente no simpatizo ni con privados ni con concertados y hablo con propiedad, ya que fui explotada laboralmente en un colegio privado durante tres años), pues al vivir en un pueblo, cercano al área metropolitana de Valencia, sin embargo no deja de ser un pueblo, se siguen dando en este tipo de centros tratamientos especiales a los alumnos dependiendo de quién sean los padres y cuáles sean sus menesteres. Esta política caciquil decimonónica no favorece en absoluto a la calidad de la enseñanza.
En mi época de estudiante o ibas a las monjas (el colegio de enfrente de casa de mis padres) y eras una señorita de bien, pues era exclusivamente femenino, o como en mi caso, ibas a las Escuelas Nacionales (terminología franquista) y te juntabas con lo peor de cada casa.
Yo fui a las Escuelas Nacionales y recibí una enseñanza de calidad, la que se recibía a finales de los 70 y mitad de los 80. Desde esas Escuelas Nacionales fui a parar a un instituto público y después a una universidad también pública.
Desde aquella época, hemos vivido diferentes reformas educativas y desde principios de los 80, en nuestra comunidad al tener dos lenguas oficiales, se fomentó e instauró el uso del valenciano para propiciar el bilingüismo como en otras comunidades bilingües.
Después de muchos años de lucha por la lengua y de haber conseguido que en los colegios, institutos y universidades se pueda elegir estudiar en valenciano, ahora resulta que se decide ( y lo digo de forma impersonal con toda la intencionalidad) que ya no hace falta estudiar en valenciano, que se suprime la enseñanza en esa lengua, pues al no haber dinero, los recortes afectarán a la educación y a la sanidad.
Todos aquellos padres que hayan matriculado a sus hijos en líneas en valenciano, verán que ahora ya no recibirán dicha enseñanza y además serán de 30 a 35 alumnos en clase.
Por supuesto que los profesores estamos indignados. Mis compañeros de velenciano ven como todos los derechos de recibir la enseñanza en cualquiera de las dos lenguas, se van al garete. ¡Volvemos al analfabetismo mental señores!
Es prioritario aprender inglés y chino, pero el valenciano, la lengua materna de muchos alumnos, esa no importa, total, solo la hablan unos pocos en la comunidad. ¡Como si yo fuese a hablar chino con tantísima gente! Increíble.
Y encima, con todo lo que está cayendo, la sorpresa a la cual aludía al principio: una pintada enorme escrita en un dialecto del mozárabe (no está escrita ni en castellano ni en valenciano, por lo que presupongo dicho dialecto conservado por un sector autodenominado blavero [de blau= azul] y afín a las ideologías ultranacionalistas muy, muy, muy, conservadoras, fagocitado por el PP y que ha vuelto a resurgir).
¿Es una provocación o se trata de echar más leña al fuego?
Yo creo que con la estupidez mental que muestran unos cuantos, lo único que hacen es lanzarse piedras a su propio tejado, negando una lengua y una cultura autóctonas para conocer la lengua y cultura ¿chinas?