sábado, 23 de abril de 2011

DÍA DEL LIBRO

El día 23 de abril es un día de celebraciones: el Día del Libro, Sant Jordi,... y a su vez, un día de efemérides: hace 495 años de la muerte de Shakespeare y de Cervantes, aunque no es muy fiable que los dos genios de la literatura se pusieran de acuerdo para morir el mismo día.
A pesar de las actividades que se montan en torno a este día, seguimos siendo un país donde se lee muy poco. Y no hablo sólo de libros, incluso la prensa, ahora que se puede leer de forma gratuita a través de internet.




Eso sí, todos estamos informados de todos las historias, a veces puros montajes, de la prensa rosa; nos bombardean en la televisión continuamente, ahora hasta en algunos informativos, con las miserias de los famosillos que se apuntan al carro de la "prensa del cuore" para conseguir un suculento pellizco sin trabajar.
Y es que la cultura no vende, por eso no es de extrañar que la mayoría de gente joven se dedique a ir a "realitys" para hacerse famosa y vivir del cuento, engrosando las listas de parásitos de la sociedad, que sin apenas cultura se erigen en príncipes y princesas del pueblo.
En cambio, en Cataluña, aunque a algunos les pese, la tradición del Día de Sant Jordi de regalar un libro y una rosa está bastante arraigada. Me gusta la idea de unir la cultura con la belleza de una flor.Todo un simbolismo.
Iniciativas como ésa se deberían dar a lo largo de toda la geografía, y es que Cataluña nos lleva bastantes años de adelanto en muchas cuestiones. Por ejemplo, en la de fomentar la cultura y, concretamente,  su "propia cultura". No es de extrañar que Barcelona esté a la altura de capitales europeas como Berlín, París o Londres. Se han preocupado por estarlo.
No ocurre lo mismo en la Comunidad Valenciana: cada vez son menos las propuestas culturales que vienen de la administración; la cultura sobrevive a duras penas por las iniciativas particulares y, en ocasiones, altruistas de gente que no quiere pertenecer a la masa aborregada a la que sólo interesan las fallas y el fútbol.
Muchas veces en clase, cuando recomiendo un libro de lectura, los alumnos me ponen la excusa de que no tienen dinero para comprarlo; en cambio, sí lo tienen para un paquete de tabaco o para llevar el último modelo de móvil con tecnología blackberry,...
Menos mal que aún somos unos cuantos los que leemos y nos preocupamos también de conocer otros autores más allá de nuestras fronteras. Son pocos los que pueden enumerar autores de literatura francesa, italiana, inglesa, norteamericana o algunas más desconocidas como china, japonesa, árabe, húngara,... Y es que eso es demasiado "snob" para los príncipes y princesas del pueblo. Muchos de ellos no saben quién era Cervantes. Y, desafortunadamente, es el analfabetismo mental y social uno de los valores en auge en la sociedad.

martes, 12 de abril de 2011

DE NUEVO, EL HAIKU.

Parafraseando a la escritora británica Doris Lessing y al título de su libro De nuevo, el amor, surgen esas conexiones intertextuales que tanto me gustan y que ahora utilizo para el título de esta entrada.
Esta vez, y después de varias entradas con artículos de opinión, le ha tocado el turno a la poesía.
Vuelvo a atreverme con el haiku, aunque reconozco que me cuesta bastante asociar las ideas. Esa facilidad y fluidez que me ofrece la narrativa, en el caso de la poesía me resulta complicada. Quizá sea por tener que expresar sentimientos y emociones, algo bastante difícil para mí. Aunque nunca es tarde para empezar. Allá va lo que ha surgido:

El agua cristalina
mece mi frágil cuerpo
en busca del silencio.



Tulipanes rosados
esparcen su esencia
a la puesta del sol.